EL SECRETO DE LA LLUVIA DE ESTRELLAS
Una noche un niño de la tribu llamado OJOS DE ÁGUILA se dio cuenta de que una de las estrellas brillaba mucho más que las otras y lo mejor era que aquella estrella se movía de un lado para otro. Los indios la miraban extrañados.
La noche siguiente mientras el poblado dormía OJOS DE ÁGUILA y su amigo PEQUEÑO ANTÍLOPE salieron de sus tipis para ir a conocer la estrella. Tardaron toda la noche en subir hasta la cima de la montaña y cuando llegaron ya era de día. La estrella, claro, ya no estaba.
Cuando OJOS DE ÁGUILA por fin se fue a dormir soñó con una chica muy guapa que le dijo: “EL MUNDO DONDE VIVES CON TU PUEBLO ES MARAVILLOSO, ME GUSTAN LAS MONTAÑAS TAN ALTAS, LOS BOSQUES, LOS RÍOS… pero lo que más me gusta sois vosotros, si algún día vuelvo a nacer quiero pertenecer a tu pueblo".
Cuando despertó OJOS DE ÁGUILA se dio cuenta de que era la estrella quien lo visitara por la noche.
Todos fueron a dormir excepto OJOS DE ÁGUILA y PEQUEÑO ANTÍLOPE que esperaban despiertos a la estrella para darle la bienvenida.
Pero se quedaron dormidos…
La estrella, mientras, llegaba y miraba muy quieta para ellos sonriendo.
Tenía que encontrar un lugar donde vivir. Vio una hermosa rosa en la montaña cercana y decidió quedarse allí. Dijo: “esta rosa será mi casa”.
Pero al cabo de dos días se dio cuenta que estaba un poco lejos de los tipis y los niños no se acercaban a jugar con ella.
Se cambió de lugar y se fue a vivir a una flor de los prados. Lo que pasa es que por allí pasaban bisontes y les cogió mucho miedo ya que pensaba que la iban a pisar sin querer, así que decidió marchar de allí.
Una suave brisa la llevó hacia el lago y se vio reflejada en sus aguas, quedó encantada. Así que la estrella que amaba a los indios les dijo a sus compañeras: ¡BAJAD, VENID, VIVIREMOS AQUÍ MIENTRAS LAS CANOAS DE LOS INDIOS QUE TANTO NOS GUSTAN NAVEGAN POR SUS AGUAS Y LOS NIÑOS JUEGAN CERCA!
Esa noche todas las estrellas bajaron del cielo a correr. ¡Era una auténtica lluvia de estrellas!
A la mañana siguiente los indios encontraron centenares de nenúfares blancos flotando en las aguas del lago y OJOS DE ÁGUILA comenzó a gritar: ¡LAS ESTRELLAS BAJARON DEL CIELO, LAS ESTRELLAS BAJARON DEL CIELO!
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