COMETA

domingo, 31 de mayo de 2009

CUENTO AFRICANO "LA PAPAYA DE SENAN"


Cuento africano: la papaya de Senán.
En una aldea ubicada en las márgenes del Lago Kokoué, en el sur de Benín, vivía una niña de nombre Senan. Vivía con su madre, su padre y un hermano. Su familia, como las otras de la aldea, vivía de la pesca. La pequeña Senan se portaba cómo las niñas de su edad y ayudaba a su madre en las tareas más exigentes, que necesitaban esfuerzo físico y la obligaban a alejarse de casa e ir hasta las orillas del lago.
Un buen día, como solía hacer, se puso en cabeza una gran cesta con toda la ropa para lavar y se encaminó hacia el lago. Por el camino pasó cerca de un papayo, que tenía un gran fruto, una enorme papaya, que caería con toda seguridad al suelo, ya madura, dentro de poco tiempo
La niña se agarró al tronco y subió hasta estar en condiciones de coger la papaya. La agarró, diciendo: dentro de poco comeré esta buena papaya, después de acabar de lavar la ropa. Pero, unos momentos después, pensó en su madre que había quedado en la casa y que la encontraría a su regreso, y se dijo para sí: voy a darle una bonita sorpresa, guardaré la papaya y se la ofreceré a mi madre. Realmente se va a poner muy contenta
Así que, cuando acabó de lavar la ropa, tomó el camino de regreso a su casa. Llegó su cabaña y corrió al encuentro de su madre y la abrazó y le dijo: mira que sorpresa te traigo mamá, una buena papaya. A madre se emocionó con la generosidad de la hija y lo agradeció. La papaya era, en efecto, muy buena..
Estuvo tentado de llevar la papaya a la boca, pero de pronto se acordó de su padre, que había salido aquel día con la piragua para coger pescados. Pensó en el duro trabajo del padre, en la humedad del lago, bajo el calor intenso. Esperaré la que mi padre regrese y entonces le ofreceré la papaya. Era de noche cuando el padre llegó la casa, ya cansado. Awanu fue a su encuentro y, después de darle la bienvenida, le ofreció la papaya que tenía guardada para él.El hombre sentó en la estera y lo agradeció. Miró la papaya: era hermosa, grande, estaba madura, con seguridad muy sabrosa. Pero se contuvo de comerla, porque de inmediato le vino a la mente a hija más pequeña. La llamó y le dijo: ¡Senan, pequeña mía, quiero darte una sorpresa esta noche: toma esta papaya, es para ti!. La niña sonrió y no dijo nada. Cogió una navaja y cortó la papaya en cuatro partes. Todos juntos, la madre, el padre, Awanu y Senan se deleitaron comiendo la papaya.
reció la papaya que tenía guardada para él.
Por eso, comida en compañía, la papaya es mil veces más sabrosa.

1 comentario:

iria dijo...

e todo moi bonito os videos, un saudo moi grande de parte de iria


Related Posts with Thumbnails