El circo de Barcelona llegó a la Ciudad de El Cairo, en Egipto y ARTURO el león aprovechó para ir a visitar a su familia.
Egipto está en África y África es tierra de leones. Los leones africanos al ver tan gordo y lustroso a Arturo le hicieron mil preguntas:
- ¿Qué tal la comida?.
- Muy bien como 4 veces al día y muy variado.
- ¿Y la bebida?.
- Bebo lo que quiero.
- ¿Y qué tiempo hace?.
- A veces frío, pero en mi casa ponen la calefacción.
- ¿Y tiene puerta tu casa?
- Una gorda de hierro.
- ¿Y tiene llave?.
- Una buena llave.
- Y..., le preguntó un león flaco y viejo, ¿tu tienes esa llave?.
- No. La llave la tiene el domador.
Y Arturo comenzó a explicarles lo que era un domador
un trapecista
un payaso
un circo...
Cuando se dió cuenta no había nadie. A los leones africanos les había gustado lo de la comida, lo de la casa, lo de la calefacción pero... ¡lo de la llave no!.
Ellos no comen cuatro veces al día, ni tienen casa con calefacción, pero tampoco tienen puerta. Y como no tienen puerta no necesitan a nadie para que les guarde la llave.
¡Así fue y así será siempre en la tierra de los leones!
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